La alergia alimentaria se define como una reacción anormal inmunológica frente a un alimento o aditivo que son llamados alérgenos. La intolerancia alimentaria, es igual una respuesta adversa a algún alimento, pero no de carácter inmunológico. No obstante, las reacciones que producen estos dos procesos a veces son similares. La prescripción de un pienso hipoalergénico para nuestro perro o gato, o una dieta casera con restricción de proteínas suele ser la manera más común de diagnosticar la alergia o intolerancia.
La alergia alimentaria es una reacción exagerada ante un alérgeno ingerido, que por lo general suele ser alguna proteína, aditivo o algún tipo de grano. El sistema inmunitario considera, que el alimento ingerido es nocivo y para proteger al organismo, fabrica inmunoglobulina E (IgE) contra ese alimento. Estos anticuerpos hacen que unas células denominadas mastocitos liberen determinadas sustancias químicas en el torrente sanguíneo, que son las culpables de los síntomas de la alergia.
La intolerancia alimentaria, al contrario que la alergia, no requiere previa exposición al alimento para manifestarse, y como ya hemos dicho, no tiene un carácter inmunológico. Los factores que provocan la intolerancia, pueden ser de diferente naturaleza: Farmacológicas, metabólicas, tóxicas, e idiosincrásicas.
Aunque las alergias y las intolerancias alimentarias se originan por mecanismos diferentes, los síntomas que producen son a veces muy similares. Estos pueden aparecer inmediatamente o después de transcurrir varias horas tras la ingestión del alimento.
SÍNTOMAS
Los síntomas de una alergia alimentaria son principalmente de naturaleza cutánea y pueden aparecer desde los 2 meses hasta los 13 años. En los perros, el síntoma más recurrente es el prurito no estacional. También pueden aparecer de manera secundaria, piodermas recurrentes y descamación excesiva acompañada o no de dermatitis.
En el gato el prurito suele localizarse en las orejas y el cuello, aunque podría ser también de carácter general. También se puede dar en gatos, alopecia traumática auto-provocada por lamido y la dermatitis miliar.
Entre un 10% de los perros y hasta un 30% de los gatos presentan algún tipo de alergia o intolerancia alimentaria.
Aunque las alergias suelen provocar reacciones normalmente cutáneas, también se dan vómitos, diarreas o problemas gastrointestinales, y aquí es donde aparece el problema a la hora de distinguir entre alergia o intolerancia alimentaria. Para ayudar a determinar lo que le pasa a su perro o gato, lo más recomendable es llevarle al veterinario. También es recomendable echar un vistazo a todos los ingredientes del pienso que usted está dando a su perro o gato. Cuáles son los aditivos, si existen colorantes artificiales, qué conservantes químicos tiene (BHA,BHT,etc) que tipo de cereal lleva, etc. No sólo la proteína tiene porque ser la causante, cualquier elemento de estos podría ser el culpable.
DIAGNÓSTICO
La única forma de diagnosticar en estos casos, es eliminar de la dieta cualquier posible componente alergénico o posible causa de la intolerancia, y comprobar que los síntomas del animal remiten. Con este fin se utilizan las denominadas dietas de eliminación o dietas hipoalergénicas. Pueden ser dietas caseras, donde las fuentes de proteína más comunes son la carne de conejo o pollo, y como fuente de carbohidratos se aconseja generalmente el arroz o la patata. Por otro lado hay muchas marcas comerciales de primera calidad, que ofertan piensos hipoalergénicos para perros y gatos. También hay piensos que sin ser necesariamente hipoalergénicos están recomendados por veterinarios al contener una sola fuente de proteína y el arroz como única fuente de carbohidrato, y otros que no contienen ningún tipo de grano.
Desde el Grupo de Consumo te recomendamos administrar desde el principio un pienso de gama alta a tu perro o gato, así como alternar con dietas naturales y alimentos crudos.
Fuentes: http://bit.ly/ZoVYgD
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